Cuando la fama te convierte en un personaje público tienes que estar preparado para exponerte a las críticas del mundo entero, y esto es particularmente cierto en la era 2.0, donde cualquier persona con conexión a Internet puede hacer llegar sus opiniones directamente al artista. Y parece que Nicki Minaj, a pesar de ser una veterana de las redes sociales y haberles sacado partido para prosperar en su carrera musical, no ha aprendido aún esta sencilla lección.
El pasado fin de semana, la intérprete de Beez in the trap bloqueó la cuenta en Twitter de la web de fans Nicki Daily, que anteriormente había filtrado temas del último álbum de la artista, Pink Friday: Roman Reloaded. La reacción de sus fans no se hizo esperar: mientras unos apoyaron la decisión de Nicki, otros se enzarzaron con ella en un furioso intercambio de tweets insultantes al que la cantante puso fin de forma drástica, cerrando su propia cuenta y dejando en la cuneta a sus once millones de seguidores.
Estos fueron los últimos mensajes de la rapera a sus fans: "Y por eso voy a mandar al cuerno a los Barbz (nombre que denomina a sus seguidores) ahora mismo. Y voy a borrar mi Twitter, "No llores por mí, Argentina." O mejor pensado, me buscaré otros Barbz a los que seguir, estos son malvados y simplones (...) Esto es más de lo que una persona puede soportar. Good fucking bye."
¿Qué opináis vosotros? ¿Os parece justificada la reacción de Nicki, o creéis que, por castigar a quienes le robaron e insultaron, se ha jugado la confianza y el apoyo de sus fans más leales?
